Nuestra voz

FAPASA

En el marco de la campaña de posicionamiento del Productor Asesor de Seguros, presentamos las últimas columnas publicadas por FAPASA en la revista Todo Riesgo. «Lo cuidamos entre todos» (edición de diciembre) y «Piedra Angular» (edición de noviembre).

FAPASA, junto a sus asociaciones integrantes, siguen impulsando su iniciativa de destacar el rol del Productor Asesor de Seguros. Realizan acciones para difundir la perspectiva institucional en todos los aspectos relacionados con la realidad del mercado asegurador y la intermediación, llegando a cada rincón del país.

Es otra manera de impulsar el debate sobre los temas que nos importan.

En el mes de noviembre de 2023, nos referimos al lugar que ocupa la capacitación en el desarrollo del Productor Asesor de Seguros.

Y en diciembre del año que acaba de finalizar, hicimos algunas consideraciones sobre la situación del mercado asegurador argentino.

A continuación el texto de dicha columna.

Y más adelante, lo publicado en el mes de noviembre de 2023.

 

 

Lo cuidamos entre todos

Por Agustina Decarre, Presidente de FAPASA.-

Los Productores Asesores de Seguros, en nuestro carácter de intermediarios de la mayoría de las operaciones del mercado asegurador argentino, somos los receptores permanentes de la preocupación y el reclamo de los asegurados frente a las actuales muestras de incumplimiento que se observan a diario en el pago de los siniestros o el diferimiento en su obligación.

Si bien no desconocemos el complejo contexto que atravesamos, debemos distinguir entre las situaciones irregulares derivadas de la coyuntura, y las que provienen de operadores que se aprovechan de la misma y lo vienen adoptando como una práctica generalizada.

A la falta o dilación en el pago de siniestros, también se verifican esas prácticas en muchos casos en los pagos de comisiones.

FAPASA, entidad federativa que representa a las 22 asociaciones primarias de Productores Asesores de Seguros de todo el país, no puede dejar de manifestar su profunda preocupación frente a tales circunstancias.

Es indudable que la inflación actual, que conlleva a la permanente pérdida de valor de la moneda nacional, es por naturaleza un elemento hostil al normal funcionamiento de la actividad aseguradora.

Los trastornos que esta escalada inflacionaria produce a la mecánica del sector son múltiples, y van desde la constante desvalorización de las sumas aseguradas con el consecuente riesgo de infraseguro, a situaciones que se agregaron como un factor importante de daño a su integridad, que son las numerosas condenas judiciales que basándose en una visión distorsionada de esta actividad, desconocen los límites de las sumas aseguradas, las actualizan aplicando tasa de interés activas y terminan ejecutando condenas que en forma evidente superan los daños que pretenden reparar, único objetivo que debe otorgarse a quien contrata un seguro.

A su vez, debemos resaltar otras circunstancias dañosas propias de la gestión de ciertos operadores del mercado, que han contribuido al evidente deterioro del sistema.

La tremenda competencia de precios promovida por buena parte de las aseguradoras después de superada la pandemia, carente del necesario sustento técnico y alimentada a su vez por la aparición descontrolada de numerosas formas digitales de comercialización, fueron génesis de conductas poco racionales de operación y deterioraron la responsabilidad patrimonial de los oferentes.

Por otro lado, no han contribuido a mejorar la situación las restricciones que limitan el normal funcionamiento del reaseguro, el mercado cambiario y el encarecimiento en el costo de las divisas. Nuestro país tiene una particular dependencia del sistema internacional de reaseguros. El coaseguro es una práctica que, aunque deseada, no se exterioriza en toda su posibilidad y tampoco otorga en muchas operaciones la capacidad suficiente de protección.

Resulta necesario corregir rápidamente esta anomalía. Porque sin reaseguro no hay seguro, y sin seguro no hay actividad económica.

Frente a este panorama, resulta necesario advertir el daño producido al sistema asegurador por la actitud de grupos empresarios inescrupulosos, con su evidente trasgresión a las normas prudenciales de comportamiento.

Esperamos ansiosos que, con la participación de quienes deseamos un sistema asegurador solvente y responsable, volvamos a recrear un mercado que opere sobre la base de la fortaleza patrimonial, la ubérrima buena fe y la conducta prudencial que debe presidir su comportamiento.

Debemos trabajar en conjunto, todos los actores del sector, respetando y haciendo respetar al órgano de control, quien debe velar por la solvencia del mercado, su control y supervisión, el cumplimiento de sus bases técnicas y la protección al asegurado.

Los Productores Asesores de Seguros, como siempre, seguiremos dispuestos a colaborar y ser la polea de transmisión de las mejores prácticas en materia de protección aseguradora. Priorizando a las aseguradoras que nos priorizan, que nos respetan, que cumplen sus obligaciones, que son solventes, y que no propician mejores condiciones para otros canales comerciales. Porque al mercado asegurador, lo cuidamos entre todos.