Mejorar lo mejor

FAPASA

En este artículo, la Lic. Graciela Román, docente del Centro Federal de Capacitación de FAPASA, analiza las nuevas habilidades que exige la era digital, y cómo los Productores Asesores de Seguros pueden aprovechar la inteligencia emocional y la inteligencia artificial para transformar su profesión y fortalecer el vínculo con los clientes.

Palabras, frases y pensamientos poderosos surgen día a día, mejorando nuevas formas de hacer negocios. 

Una palabra o una frase de poder se define como una expresión que evoca emociones fuertes, respuestas o sentimientos en clientes o incluso en consumidores en Internet.

Este último tiempo, he recibido expresiones muy valiosas que han impactado en mi profesión, como:

    • Rol de cercanía.

    • Rol de toma de decisiones.

    • Comprar juntos.

    • Fidelizar.

Estas ideas han cambiando mi mirada, ayudándome a Mejorar lo Mejor.

Estos pensamientos son sustentados por la Inteligencia Emocional (IE) y la Inteligencia Artificial (IA), dos aliados indiscutibles, que colaboran, no compiten. Ahora bien, veamos en conjunto de qué estamos hablando.

La inteligencia emocional ayuda a conectarse con las personas, a generar relaciones empáticas, comunicación de manera efectiva, como así también a resolver conflictos y expresar sentimientos. El desarrollo de habilidades emocionales en nuestra profesión como Productores Asesores de Seguros, es fundamental.

A menudo, estas habilidades se minimizan, no se les brinda la atención necesaria. Como seres humanos interactuamos con otros individuos, por lo que la inteligencia emocional, en el contexto laboral y personal, resulta ser un pilar relevante que ayuda a encontrar el camino hacia la realización. La inteligencia emocional es un conjunto de prácticas imprescindibles, de reconocimiento y comprensión de las emociones propias y ajenas, que nos permiten interactuar con buenos resultados en el contenido que nos rodea.

Nuestro entorno resulta más de una vez muy complicado, generando estrés y, si no lo   controlamos, pasa a ser un estado de cuidado. Es la IE la que nos brinda herramientas necesarias para combatirlo. Entender y gestionar nuestras emociones en una forma de aminorar el estrés

Procesamos información de forma consciente e inconsciente cada día. Enfrentamos cambios en forma permanente sobre lo aprendido y almacenado, se rompen reglas preestablecidas y esto nos obliga a replantear y generar acciones para lograr un cambio de actitud ante esta problemática.

Modificar las formas de aprender, enseñar y también de trabajar dificultan el control de las emociones y comportamientos.

La comunicación es diferente, nos intiman a cambiar las viejas formas, básicamente en las interacciones que cada vez son más virtuales. Aparecen síndromes sociales, propios en el mundo actual, entre los que se cuentan:

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Doomscrooling:

Es el hábito de pasar largos periodos navegando sin cesar por noticias negativas y comentarios en redes sociales, a menudo hasta altas horas de la noche.

La cámara de eco o cámara de resonancia mediática:

es el espacio en el que los participantes tienden a encontrar ideas que amplifican y refuerzan sus propias creencias, así como también un estado de aislamiento intelectual provocando síntomas de ansiedad, depresión, y respuesta física al estrés. El cerebro emocional actúa interpretando “bien o mal” según los recursos, los aprendizajes y los hábitos emocionales de cada uno.

La radicalización:

Otro espacio donde los individuos pasan de apoyar puntos de vista moderados de la corriente principal a apoyar puntos de vista ideológicos extremos, comprendiendo y compartiendo los sentimientos, a internalizar las ideas desde la una perspectiva del otro en vez de la propia.

Respetar, pensar y actuar positivamente sobre los demás y sobre nosotros mismos (auto respeto), significa preocuparse por el impacto de nuestras acciones en los demás, ser inclusivos y aceptar a los otros por lo que son, incluso con sus diferencias. 

Respetar el yo ajeno

Este sentido del yo ajeno que, depende de la presencia física del otro yo, se ve especialmente comprometido por los medios electrónicos y digitales.

Un gran desafío es superar esta barrera.

El auto cuestionamiento y el razonamiento de los hechos, es una habilidad concluyente para adaptarnos a una nueva realidad, donde cohabitamos con más frecuencia frente a medios electrónicos que de forma presente. La escucha abierta, facilitar la atención y aprender sobre los beneficios de la inteligencia emocional resulta de gran ayuda.

Cuando hablamos de Inteligencia Emocional (IE), nos estamos refiriendo a la competencia de deducir, aplicar y gestionar nuestras propias emociones de forma que compriman el estrés, que ayude a comunicarnos positivamente, a interrelacionarnos con las personas y superar oposiciones.

“A pesar de los avances tecnológicos, el conocimiento y la experiencia humana siguen siendo insustituibles”

Concebir relaciones sanas y equitativas dentro del seno familiar, escuela y trabajo van de la mano de la IE, ayudando también a implementar la autocrítica positiva, siendo esto una táctica para aproximarnos a nuestras cualidades y espacios de oportunidades con un propósito de mejorar lo mejor.

La IE consta de pilares fundamentales cuyo objetivo es suministrar los elementos para entender la base de las emociones, aprender a transitar a través de ellas y establecer las bases para una comunicación efectiva. Estos elementos fueron mencionados por primera vez por el autor Daniel Goleman en 1995.

La autoconciencia es la habilidad de registrar y comprender nuestras propias emociones y cómo estas impactan a otros. Ayuda a generar el Perfil Psicológico para estar más en armonía con nosotros mismos o para adecuarnos a determinado contexto. Una emoción por sí sola no es algo negativo; lo que pudiera ser disruptivo o perjudicial, es un mal manejo de la emoción.

La autorregulación es la capacidad para manejar sentimientos hostiles y adaptarse a cambios. La autorregulación favorece la resolución de conflictos, la celeridad de resistencia y la gestión de compromiso.

La motivación se focaliza en nuestras metas, dirigidas hacia la realización y satisfacción personal, ubicando en un plano inferior la necesidad de reconocimiento externo. 

“Por y para uno mismo”

Las habilidades sociales se conforman de los componentes necesarios para captar las emociones de otros, establecer un nexo entre las emociones ajenas y las nuestras y crear un buen medio de comunicación para relacionarnos con las personas que interactuamos. 

Habilidades a desarrollar: la escucha activa y la comunicación asertiva verbal y no verbal.

Desde nuestros primeros días recibimos información, estudiamos, adquirimos competencias académicas por lo que el aprendizaje y la práctica profesional nos faculta para realizar determinados trabajos. La inteligencia emocional nos ofrece herramientas para realizar ese trabajo de forma más eficaz, consiguiendo superiores niveles de beneficios. Ayuda desarrollando aptitudes para conocer sobre nuestra salud mental y física como así también de las otras personas.

“La inteligencia emocional influye en el desarrollo profesional”

El trabajo en equipo y la interacción a distancia, vino para quedarse. Las destrezas para moverse mejor en grupo y comunicarnos notoriamente, son disciplinas básicas a tener en cuenta.

Implica la habilidad de percibir y expresar emociones de manera adecuada, manejar el estrés y adaptarse a situaciones cambiantes, tener empatía hacia los compañeros de actividades y utilizar las emociones de manera constructiva para tomar decisiones y resolver conflictos.

Las personas con mayor grado de IE, suelen tener más éxito en su vida personal y profesional, están mejor capacitadas para desafiar situaciones difíciles y establecer vínculos verdaderos. 

En el lugar de trabajo ayuda a aumentar la confianza en sí mismo, el control, desarrollar habilidades para tomar decisiones y mejorar la salud mental en general.

Un Productor Asesor de Seguros que tiene una escucha activa, descubre y comprende las necesidades del cliente y puede generar una relación de confianza y lealtad a largo plazo.

Y como si lo expresado no fuera suficiente, sumamos la Inteligencia Artificial…

Hay que observar la capacidad que tienen las máquinas de imitar la manera en que los seres humanos aprenden e incluso razonan, ayudando a tomar decisiones, facilitando la realización de tareas complejas como un aliado, no como competencia del hombre.

“El poder se multiplica utilizando las herramientas disponibles”

La inteligencia emocional, con el aporte de la inteligencia artificial ofrece al productor de seguros tradicional, un cambio de mirada hacia una nueva era de eficiencia y personalización. Como productores de seguros tenemos la oportunidad de utilizar estas herramientas para: 

Elevar la profesión y Ofrecer un servicio superior al cliente

Nuestra mente puede ser una gran compañera o el peor oponente.