En algunos siniestros, la interrupción del negocio puede ser más costosa que el daño físico. Tomás Fourcade, Perito Liquidador de Siniestros y vicepresidente de AALPS, explica por qué la cobertura de Pérdida de Beneficios es clave para la supervivencia de una empresa y qué debe saber el Productor de Seguros para asesorar con precisión.
La rotura de una máquina crítica, la interrupción del suministro eléctrico o un incendio menor pueden ser suficientes para paralizar una empresa por semanas o meses. Pero mientras se reconstruyen instalaciones o se espera por un repuesto importado, las facturas siguen llegando: sueldos, alquileres, compromisos financieros. ¿Quién cubre ese vacío económico? La cobertura de Lucro Cesante —también conocida como Pérdida de Beneficios— es la respuesta, aunque aún poco comprendida o mal calculada.
A continuación, Tomás Fourcade, Perito Liquidador de Siniestros, vicepresidente de la Asociación Argentina de Liquidadores y Peritos de Siniestros (AALPS) y director de LEA, aborda los aspectos clave que debe conocer un Productor Asesor de Seguros: cómo se determina el beneficio bruto, las extensiones más relevantes, los errores comunes en la contratación y las diferencias críticas entre pólizas inglesas y americanas. Una guía imprescindible para proteger no solo bienes, sino también la continuidad de un negocio.
Esta entrevista forma parte de una serie de contenidos producidos en el marco del convenio de colaboración entre FAPASA y la AALPS, con el objetivo de fortalecer el conocimiento técnico de los Productores Asesores de Seguros en coberturas clave para el asesoramiento profesional.
¿Cómo definirías, de manera sencilla para un PAS, el alcance de la cobertura de Lucro Cesante o Pérdida de Beneficios y qué situaciones típicas cubre?
La cobertura de Lucro Cesante protege a una empresa frente a la pérdida de ingresos que sufre como consecuencia directa de un siniestro cubierto (como un incendio, una inundación o un robo) que interrumpe total o parcialmente su actividad.
“La cobertura de Lucro Cesante protege a una empresa frente a la pérdida de ingresos que sufre como consecuencia directa de un siniestro cubierto que interrumpe total o parcialmente su actividad”
Puede actuar no solo en casos catastróficos como un incendio total que sale en los diarios, sino también en casos donde el Daño Material es muy chico, como la rotura del cigüeñal de una máquina crítica, que puede ser muy económico en cuanto a su costo, pero tiene el poder de interrumpir la producción y tarda seis meses en fabricarse.
¿Cuáles son las coberturas básicas más habituales que incluyen estas pólizas y qué extensiones suelen ser necesarias para una protección completa?
La cobertura básica cubre la pérdida de Beneficio Bruto como consecuencia de la interrupción en la actividad causada por un daño material cubierto, y el aumento de costo que tenga el asegurado para mantener la operación, e intentar mitigar el posible impacto del siniestro (hasta el monto de la pérdida de beneficio bruto evitada).
Como la cobertura básica cubre las consecuencias de un daño cubierto en los bienes asegurados, pero podría producirse también pérdidas por eventos que afecten a bienes de terceros, las extensiones suelen tener que ver con cubrir las mismas, por ejemplo:
- Daños en instalaciones de proveedores o clientes
- Interrupción de servicios públicos.
- Interrupción de acceso
- Interdependencia
En todos casos se mantiene la condición de que se produzca un Daño Material que hubiese estado cubierto por la póliza del asegurado, solo que ya no en los bienes asegurados, sino fuera de la planta.
La otra extensión habitual que puede ser recomendable contratar es una cláusula Swing o de Ajuste automático para contemplar un margen de variación en la suma asegurada.
Cuando se habla de calcular el Beneficio Bruto para definir la suma asegurada, ¿cómo se interpreta este concepto desde los reportes financieros de una empresa?
El Beneficio Bruto, en este contexto, se refiere a la suma de la utilidad neta más los gastos fijos que continúan durante la interrupción. También puede calcularse partiendo de las Ventas y descontando los Gastos Variables, que dejarían de existir en caso de interrupción.
Es importante tener en cuenta que ninguna “línea” de un Estado de Resultados estándar representa el monto adecuado, ya que los Estados de Resultados suelen separar entre Costos “Directos” e “Indirectos”, y no entre “Variables” y “Fijos”, con lo cual es necesario contar con más información para llegar a la suma a asegurar.
“El Beneficio Bruto se refiere a la suma de la utilidad neta más los gastos fijos que continúan durante la interrupción”
Es clave que el PAS trabaje con personal del asegurado que tenga información suficiente como para identificar cuáles costos son fijos y cuáles variables.
¿Qué errores o confusiones son más comunes en la etapa de cálculo de la suma asegurada y cómo se pueden evitar?
Los errores más frecuentes son:
- Asegurar una línea del Estado de Resultados, obviando lo indicado en la pregunta anterior.
- Trabajar solo con información histórica y no con proyecciones. Debe tenerse en cuenta que el Margen Bruto que uno quiere cubrir es el que se lograría 12 meses (o más en algunos casos) a partir de la fecha de siniestro, y el siniestro puede ocurrir el último día de vigencia de la póliza, extendiendo el periodo de indemnización fuera de la misma.
- No tener en cuenta que es una cobertura a Prorrata y que hay que asegurar (al menos) 12 meses de Beneficio Bruto completo, y no una suma “que parezca suficiente” como si fuese una cobertura a primer riesgo.
- Ser muy optimista en la duración del Periodo de Indemnización contratado.
En cuanto al análisis de riesgos, ¿qué aspectos clave debe evaluar un PAS junto con su cliente antes de recomendar una póliza de Lucro Cesante?
- Identificación de los riesgos críticos que pueden interrumpir la operación. Para cada uno establecer en qué porcentaje afecta el negocio y por cuánto tiempo.
- Siempre recomendamos seguir los pasos de identificación, análisis, mitigación o prevención, y recién en ese momento diseñar el plan para transferir.
- Capacidad de recuperación operativa, planes de contingencia y de continuidad de negocio. Se debe tener en cuenta que estos planes muchas veces ponen el foco en reactivar el servicio, pero que desde la fecha de reactivación del plan no siempre desaparece la pérdida porque el servicio se brinda pero con costos extras.
- Evaluación de la dependencia de proveedores o clientes clave y otros factores externos.
¿Qué diferencias principales existen entre las pólizas bajo modalidad americana y las de modalidad inglesa, y en qué casos conviene elegir una u otra?
El primer consejo sería no dejarse llevar por la etiqueta de “modalidad inglesa o americana” sino leer cada texto, ya que hay muchísimas variaciones de textos en el mercado que son en general sutiles pero pueden ser relevantes en casos particulares.
En forma resumida las principales diferencias son que la modalidad inglesa fija un periodo de Indemnización durante el cual se cubren las pérdidas que son consecuencia que el negocio esté afectado por daño material, mientras que la modalidad americana la indemnización termina cuando se reestablece la capacidad de producción y puede no tener un periodo de indemnización limitado en meses. También hay que tener en cuenta que la modalidad americana no cubre la pérdida por destrucción de inventarios de producto terminado, ya que se piensan como complemento de una póliza que cubre los stocks de estos productos a valor de venta, y pagan está pérdida dentro del daño material.
¿Hay otros errores en las pólizas que se detecten al momento del siniestro?
Ocurre que muchos textos son muy breves y suelen dejar temas importantes sin definir.
Nos referimos, por ejemplo, a temas como la forma de aplicar Período de Indemnización (¿comienza con el daño material o cuando empieza a haber pérdida?), deducibles (¿primeros días? ¿consecutivos o solo cuento cuando hay pérdida? ¿o días de pérdida promedio? ¿o días de producción normal?), o si aplica o no, y en qué bases se calcula, la regla proporcional.
Al momento del siniestro estas indefiniciones, que podrían parecer semánticas, pueden generar diferencias sustanciales en el cálculo y por ende conflicto entre las partes.
¿Cómo impactan las demoras en obras de construcción o montaje en este tipo de cobertura, y qué debe prever un PAS para evitar conflictos con sus clientes?
Las demoras en obras de construcción y montaje se aseguran en una cobertura “hermana”, pero no idéntica, a la Pérdida de Beneficios, conocida como Pérdida de Beneficios Anticipada, ALOP (Advanced Loss Profits) o DSU (Delay in start-up).
Al igual que la Pérdida de Beneficios no cubre cualquier demora sino únicamente la demora que sea consecuencia de un Daño Material cubierto. La demora debe afectar la fecha de finalización prevista de la obra.
“No hay que dejarse llevar por la etiqueta de ‘modalidad inglesa o americana’ sino leer cada texto, ya que hay muchísimas variaciones que son en general sutiles pero pueden ser relevantes en casos particulares”
Esta cobertura puede cubrir el Beneficio Bruto esperado del comitente de la obra, o también el interés de financiador (Banco o ente público por ejemplo). No cubre el propio perjuicio de la constructora, que también se puede ver afectado en su negocio por la demora.
A diferencia de un siniestro de Pérdida de Beneficios, donde el efecto suele verse inmediatamente después del daño, en un caso de ALOP la afección del negocio se ve recién cuando la obra se iba a entregar. Es decir en una obra de 3 años, el Daño puede ocurrir en el primer mes, en la mitad, o en el último mes, pero el Periodo de Indemnización comienza recién en la fecha en que la obra se iba a entregar y no se pudo entregar. Esto tiene como efecto colateral que puedo tener varios siniestros durante la obra, pero hay una única demora, que ocurre toda junta al final, sumando los efectos de todos los siniestros, pero también de otros factores que no son siniestros, que hay que separar.
Es muy importante que además de obviamente denunciar si ocurre un siniestro, cualquier otra interrupción en la obra o demora en el cronograma que no sea consecuencia de un siniestro sea informada a los aseguradores.
¿Qué consejos prácticos les darías a los PAS para que puedan explicar de forma clara esta cobertura a las PyMEs?
En primer lugar, transmitir que para muchas de las PyMEs, cuyo negocio depende en altísimo porcentaje de una ubicación principal, es una cobertura imprescindible. No tenerla a nuestro criterio es un error, y si los argumentos para no contratarla son de costo, debería analizarse seriamente que reemplacen el presupuesto alocado a otros seguros menos críticos.
En segundo lugar, si bien algunos detalles pueden ser muy técnicos, explicar la cobertura al dueño de un negocio no debería ser difícil, ya que este va a tener muy claro lo que pasaría con su “bolsillo” si por un año deja de vender a consecuencia de un siniestro. Transmitir que la cobertura es en forma sencilla lo que deja de entrar por ese periodo menos lo que puede ahorrar (costos variables).
“Para muchas de las PyMEs, cuyo negocio depende en altísimo porcentaje de una ubicación principal, es una cobertura imprescindible y no tenerla es un error”
Mostrar cómo ayuda a mantener sueldos, alquileres y continuidad del negocio y enfatizar que es clave para la supervivencia financiera tras un siniestro.
Mostrar ejemplos de casos donde los períodos de reconstrucción son largos, para no caer en el exceso de optimismo respecto del posible tiempo de reparación.
Finalmente, ser muy claro se cubre cuando la pérdida de ingresos es consecuencia de un daño material cubierto, no dejar de mencionar que es una cobertura a prorrata, cómo funciona el deducible, e intentar basar la suma asegurada en proyecciones.