En el marco del convenio de colaboración entre FAPASA y la Asociación Argentina de Liquidadores y Peritos de Seguros (AALPS), presentamos este profundo análisis sobre desastres naturales, como aquel fatídico suceso que se cobró la vida de 13 personas, ocurrido el pasado 17 de diciembre de 2023, de la mano de tres expertos: Alberto Duran, director del Estudio Monserrat; Fernando Briones, director del Estudio Alarcia, y Mariano Gauto, titular de MGPeritajes.
“Desde la AALPS, quisimos proponer un artículo que diera luz a algunas interpretaciones, basándonos en la mirada técnica y pensando en estos eventos relacionados con los cambios climáticos que vienen.
Con este objetivo, convocamos a Fernando Briones, director del Estudio Alarcia, y a Alberto Duran, director del Estudio Monserrat, quienes brindaron un aporte interesante a la hora de pensar la suscripción para los Productores Asesores de Seguros, eslabón fundamental en este proceso que nos toca afrontar a los liquidadores en el momento del siniestro.
Por supuesto, no dejamos de lado la mirada desde el interior del país, con la opinión de Mariano Gauto de MGPeritajes, que destaca la actuación de los Liquidadores de Siniestros y la importancia de su función y profesionalismo”.
Virginia Alarcia
Presidente AALPS y del Estudio Alarcia
DESAFIANDO “VIENTOS CAMBIANTES”
Por Fernando Briones, director del Estudio Alarcia.-
En el análisis técnico de las pólizas HVCT (Huracán, Vendaval, Ciclón, Tornado), resulta imprescindible evaluar con precisión el criterio central que las aseguradoras buscan aplicar. En consonancia con su perspectiva, se destaca la clara intención, que desde luego comparto, de asegurar únicamente construcciones sólidas, compuestas por bloques o volúmenes compactos y brindar debida protección a los activos que cumplan con los criterios establecidos por las definiciones contractuales en uso. Esta visión se traduce en la necesidad de desestimar la cobertura para aquellos elementos ubicados a la intemperie, cuya vulnerabilidad ante la acción de los vientos prevalece, independientemente de la velocidad o intensidad de sus ráfagas.
El cambio climático se revela como un factor que ciertamente desafía las métricas tradicionales, con eventos climáticos más intensos y frecuentes que desdibujan las mediciones convencionales, como la velocidad de las ráfagas de viento que, curiosamente, algunas pólizas prevén hasta hoy para distinguir la procedencia «del hecho cubierto». La sugerencia de considerar cualquier viento con potencia destructiva como amparado es la trama que, según mi parecer, despeja cualquier dilema al respecto.
La cobertura HVCT se orienta hacia construcciones sólidas, donde la evaluación de la resistencia estructural adquiere primordial importancia para una suscripción sana. Este enfoque técnico implica un análisis meticuloso de la capacidad de las edificaciones para resistir las ráfagas de viento intensas, descartando implícitamente elementos expuestos que carecen de la solidez requerida.
Las pólizas han presentado listas definidas de riesgos abrazados y excluidos, pero, como en cualquier contrato adaptado a la época de su redacción, los límites son difusos y la nómina puede terminar siendo innecesariamente extensa cuando, en rigor de verdad, es la interpretación estrictamente conceptual de que lo se pretende asegurar y excluir, lo que debe primar en la contratación. Por ejemplo, el volumen constructivo compacto en el primero de los casos, y todo aquello que no se encuentre firmemente adherido o anexado al referido bloque constructivo en el segundo, como aspectos que puedan ser sencillamente interpretados por el asegurado para no agarrarlo desprevenido.
El concepto clave que las aseguradoras comparten resalta la necesidad de excluir de la cobertura aquellos elementos ubicados a la intemperie, cuya vulnerabilidad es inherente. Esta claridad en la exclusión se sustenta en la premisa de que la solidez estructural es un factor determinante, independientemente de la velocidad o intensidad de los vientos.
“La cobertura HVCT se orienta hacia construcciones sólidas, donde la evaluación de la resistencia estructural adquiere primordial importancia para una suscripción sana”
La adaptación a las realidades del cambio climático se enmarca en el contexto de este enfoque técnico. La revisión constante de las pólizas no solo implica la consideración de estas nuevas métricas climáticas, sino también la preservación de la esencia de asegurar construcciones resilientes y compactas frente a eventos climáticos de cierta magnitud y advertir sobre aquellos bienes que no gozarán de un amparo asegurativo frente a éstos.
Las interpretaciones pueden complicarse con la noción de «daño directo» consagrada en las pólizas, pues la inclusión de objetos impulsados por el viento, capaces de causar estragos, plantea la pregunta ineludible: ¿Cómo discernimos entre lo directo y lo indirecto en su encuadre asegurativo? Un dilema que adquiere protagonismo en el escenario de las reclamaciones de asegurados afectados.
La delimitación precisa del término se alineaba hasta hace poco con la intención de las aseguradoras de brindar amparo a construcciones sólidas, intentando evitar interpretaciones erróneas y a garantizar que los eventos cubiertos estuvieren estrictamente alineados con la esencia de la cobertura. Desde una perspectiva técnica, este concepto debería abarcar aquellos perjuicios que resultaren producto inmediato y palpable a causa de los eventos climáticos previstos por la cobertura, circunscribiéndose a la fuerza física directa de las ráfagas sobre las estructuras.
Sin embargo, la línea que separa el «daño indirecto» del «directo» presenta palpables desafíos, en la factibilidad concreta de considerar daños amparados aquellos ocasionados como consecuencia de los objetos impulsados por el viento «con fuerza de impacto». Aquí, la cuestión radica en discernir si esa acción indirecta guarda relación con la solidez de las construcciones aseguradas, y diferenciar este escenario, por citar el ejemplo más común, de la afectación por sobretensión, de bienes muebles alimentados con energía eléctrica, debido al ocasional corte de cables durante un temporal; caso que, sin lugar a dudas, constituye el «daño indirecto» que la cobertura en cuestión no contempla.
“En situaciones donde la interpretación de eventos pueda generar controversia, los PAS deben comunicar de manera clara y detallada los límites y alcances de la cobertura”
En línea con este razonamiento cabe preguntarse, ¿en qué medida un objeto impulsado, o el arrancamiento de raíz de un portentoso árbol que se desploma sobre una construcción, constituye un evento «indirecto»? Considero que la respuesta reside en la magnitud del impacto y su relación con la solidez de la construcción, no resultando sencillo sostener válidamente frente al asegurado que nos hallamos ante un riesgo no cubierto; ¿verdad? En última instancia, la adaptación a casos específicos y escenarios emergentes fortalecerá la integridad y aplicabilidad de las pólizas, proporcionando una guía más precisa en la evaluación de siniestros.
En el llamado a la acción que deparara el incidente del 17 de diciembre último, la transparencia del PAS en la comunicación con los asegurados se erige como un pilar fundamental apenas se denuncia el hecho, previniéndolo de aquellos daños que pudieran estar previstos en su cobertura como de aquellos que, decididamente, no vale la pena siquiera ser denunciados.
En situaciones donde la interpretación de eventos pueda generar controversia, los PAS deben comunicar de manera clara y detallada los límites y alcances de la cobertura, brindando la comprensión necesaria a los titulares de pólizas cuando la aseguradora no podrá acompañarlos en las compensaciones, como la confianza necesaria cuando encuentren en sus pólizas un refugio seguro para mantenerse indemnes en la vorágine de este desafiante cambio climático.
VIENTO, DILE A LA LLUVIA
Por el Arq. Alberto Duran, director del Estudio Monserrat.-
Vamos a abordar este tema de manera coloquial, como si estuviéramos exponiendo en una charla para PAS, básicamente para ponerlos en conocimiento de la problemática con que nos hemos encontrado al afrontar esta inmensa cantidad de siniestros de la naturaleza que acontecieron el 17/12/23, y que todo indica que cada vez serán más recurrentes; a saber:
1).- HVCT – coberturas específicas en TRO como Sub límite.
Ver si opera A Primer Riesgo Absoluto ó Full Value. En este último caso se presenta la dificultad de tener que dimensionar los valores a riesgo en los Activos Fijos y Mercaderías, lo cual hace más engorrosa la liquidación y da lugar a la determinación de Infraseguros.
2).- Infraseguros = Es moneda corriente en una cobertura adicional de Incendio / Edificio como es el HVCT. Ver de asegurar los riesgos en dólares o bien contratar siempre con Cláusulas de Estabilización de Suma Asegurada que acompañen la inflación en período no mayor al cuatrimestre.
3).- Gastos de Remoción de Escombros = (revisar bien lo que se contrata)
Los árboles no son edificios ni inmuebles “asegurables”; por lo que su Remoción excede el marco de amparo. Algunas aseguradoras no contribuyen al pago de la poda y retiro de las plantas, otras solo abonan aquellas que cayeron sobre una construcción, y otras todos los gastos de limpieza y remoción de restos en el predio de asiento del riesgo.
4).- En los riesgos industriales con coberturas de TRO o Integrales de Comercio en que las interrupciones son significativas, se sugiere incluir todas las coberturas adicionales posibles para activar la continuidad del negocio, Gastos Extraordinarios (alquileres sustitutos), Gastos de Aceleración (reparaciones provisorias y/u otras), etc.
“En los riesgos industriales con coberturas de TRO o Integrales de Comercio en que las interrupciones son significativas, se sugiere incluir todas las coberturas adicionales posibles para activar la continuidad del negocio”
5).- Muchos siniestros en grandes galpones y naves industriales ocupadas por depósitos de Logísticas y Transportistas. Tener en cuenta que las mercaderías son propiedad de terceros y no propias, y en coberturas de Incendio Contenido que operan A Prorrata es muy complejo establecer los valores a riesgo. Ver coberturas de RC Bienes bajo custodia y control.
«Se debe tener en cuenta que la RC Linderos solo ampara Incendio, Rayo, Explosión y no los hechos privados de la naturaleza, como las caídas de árboles hacia los linderos»
6).- En Combinados se sugiere revisar los capitales de las coberturas de RC Hechos Privados tendientes a brindar amparo a daños consecuenciales en perjuicio de propiedades vecinas.
Se debe tener en cuenta que la RC Linderos solo ampara Incendio, Rayo, Explosión y no los hechos privados de la naturaleza, como las caídas de árboles hacia los linderos.
7).- Fundamental analizar “Cosas NO aseguradas” para la cobertura de HVCT. Exceden el marco de una exclusión al tipificar determinados bienes por sus características constructivas y/o formales y/o funcionales. Se recomienda preverlo según el tipo de riesgo. Ver aleros, tinglados, toldos, chimeneas, extractores eólicos, etc.
UNA MIRADA DEL INTERIOR DEL PAÍS
Por Mariano Gauto, titular de MGPeritajes.-
En el contexto climático actual, más precisamente desde el mes de octubre a la fecha, se vienen dando en diferentes regiones de nuestro país vastas tormentas con alto índice destructivo. Es de vital importancia que los liquidadores de siniestros se encuentren preparados para realizar un trabajo de alto nivel profesional, el cual comprenda tanto la pérdida del asegurado como así también los alcances de coberturas indicados por cada aseguradora. Teniendo en cuenta siempre el factor humano, conjuntamente con el contrato de seguros del cual prevalecerán los distintos alcances pactados con cada aseguradora.
Además del factor climático, es imposible dejar de lado el factor económico, el cual incide de manera no positiva a la hora de cerrar indemnizaciones o acuerdos con los asegurados.
Dentro de todo este universo de variables, la figura del liquidador emerge como una herramienta imprescindible para llevar a buen puerto todas las acciones dentro de la “tormentosa” actualidad del mercado asegurador.