Con motivo del Día del Seguro, que se celebra este 21 de octubre, Agustina Decarre, presidente de FAPASA, reivindica el trabajo cotidiano de los Productores Asesores de Seguros en cada rincón del país. Sostiene que detrás de cada póliza hay un acto de servicio, un compromiso ético y una promesa de reconstrucción frente a la adversidad.
Por Agustina Decarre, presidente de FAPASA.-
Cada 21 de octubre, celebramos en Argentina el Día del Seguro, una fecha que nos invita a mirar hacia adentro del sistema asegurador y reflexionar sobre nuestro papel como Productores Asesores de Seguros. No se trata solo de una efeméride institucional, sino de un momento para reafirmar nuestro compromiso con la ética, la profesionalidad y la confianza que sostienen esta actividad.
El seguro es, por definición, un pacto de confianza. No hay compañía, regulador o cliente que pueda sostener el sistema por sí solo. Lo construimos entre todos, con responsabilidad y coherencia. Como dije en más de una ocasión: “El seguro no puede fallar, porque se pierde la confianza en el sistema.” Y esa confianza se cuida con hechos, no con discursos.
El Productor Asesor: puente de confianza
El PAS no es un simple intermediario: es un profesional que interpreta riesgos, asesora, acompaña y brinda soluciones. Cuando un asegurado sufre una pérdida, el Productor de Seguros es el primer rostro visible del sistema, el que responde y contiene. Por eso, cada vez que un PAS actúa con transparencia, dignifica a todo el sector.
Pero la confianza no se hereda: se construye con profesionalización. En FAPASA lo entendemos así. Por eso impulsamos la capacitación continua en nuestras 21 asociaciones, convencidos de que la formación técnica y ética son el único camino posible. “Nuestro compromiso está puesto en la profesionalización de nuestra actividad, no solo en cuestiones técnicas, sino en ser verdaderos profesionales, abrazando las buenas prácticas.”
“El seguro no puede fallar, porque se pierde la confianza en el sistema”
La capacitación es, además, una forma de defensa institucional. En un contexto donde surgen canales digitales sin regulación o actores que desconocen el marco legal, los Productores Asesores de Seguros debemos ser ejemplo de cumplimiento y calidad. Exigir profesionalismo no es una carga: es una forma de proteger al cliente y sostener el valor del seguro como servicio social.
Ética y coraje cívico
Celebrar el Día del Seguro también nos obliga a hablar de ética. No alcanza con hacer las cosas bien: hay que animarse a denunciar las que están mal. Lo dije claramente: “Debemos hacer las cosas bien cada uno de nosotros y animarnos a denunciar lo que no está bien. No podemos quejarnos en la mesa de café.”
Esa valentía es indispensable. Si hay demoras en los pagos, cláusulas abusivas o incumplimientos, debemos actuar. El silencio cómplice erosiona la credibilidad del sistema. La denuncia responsable, en cambio, fortalece la confianza y dignifica la profesión.
“Nuestro compromiso está puesto en la profesionalización de nuestra actividad, no solo en cuestiones técnicas, sino en ser verdaderos profesionales, abrazando las buenas prácticas”
No se trata de confrontar, sino de mejorar. De transformar la queja en propuesta. De que nuestras asociaciones sean espacios de debate y no de resignación.
Conciencia aseguradora: educar para proteger
En Argentina, todavía falta cultura aseguradora. La mayoría de las personas no piensa en seguros hasta que sufre un siniestro. Por eso impulsamos programas como “El arte de cuidarnos”, donde llevamos el mensaje a las escuelas para enseñar que protegerse no es individualismo, sino responsabilidad social.
Cuando los niños comprenden que el seguro es una herramienta de cuidado, sembramos las bases de una sociedad más consciente y previsora. Esa tarea pedagógica es parte de nuestro deber. Los PAS no solo vendemos pólizas: promovemos hábitos de prevención, acompañamos a las familias, y sostenemos la estabilidad de las comunidades.
El valor simbólico del Día del Seguro
El 21 de octubre debe ser más que una conmemoración: tiene que ser una plataforma de proyección. Una jornada para acercar el seguro a la sociedad, abrir las puertas de nuestras instituciones y mostrar que detrás de cada póliza hay una historia humana.
“Debemos hacer las cosas bien cada uno de nosotros y animarnos a denunciar lo que no está bien”
Propongo que cada PAS use este día para dar visibilidad al valor de su trabajo: charlas en escuelas, campañas locales de educación, espacios de diálogo con vecinos, pymes y autoridades. El seguro tiene que salir a la calle, dejar de ser un lenguaje técnico para transformarse en una conversación ciudadana.
El futuro del seguro argentino dependerá de nuestra capacidad para mantener la confianza, adaptarnos a los cambios tecnológicos y sostener la ética como brújula. Cada PAS, desde su lugar, puede marcar la diferencia: acompañando a un cliente en su peor día, orientando a una familia, garantizando que una empresa no se hunda por un siniestro.
En ese gesto cotidiano está el verdadero sentido del Día del Seguro: proteger para reconstruir.
FAPASA seguirá defendiendo la libertad profesional, la formación permanente y el compromiso ético como los tres pilares sobre los que se apoya nuestra identidad.
“Los PAS no solo vendemos pólizas: promovemos hábitos de prevención, acompañamos a las familias, y sostenemos la estabilidad de las comunidades”
El seguro es mucho más que un contrato: es una promesa. Una promesa de reparación, de confianza y de futuro.
Que este 21 de octubre nos encuentre orgullosos de nuestra tarea, conscientes de lo que representamos y unidos en la convicción de que un seguro confiable hace una sociedad más justa y más fuerte.